lunes, 8 de junio de 2009

La esencia de la música flamenca

Al igual de como sucede con el idioma de cada país su música también refleja las diferencias geográficas, culturales y las características de sensibilidad que nos permite reconocer cada estilo musical por la personalidad que irradia su contenido melódico, rítmico y armónico como un sello distintivo y propio.
En el Flamenco existen tres partes importantes: la melódica que atañe al cante; la rítmica por su percusión y pasos corresponde al baile y la armónica por el acompañamiento tonal se asigna a la guitarra. Sin embargo, existen otros componentes relevantes que crean una gran diferencia con otras manisfestaciones musicales y marcan su propia personalidad. 1/ Utilización de una secuencia determinada de acordes en la mayoría de sus estilos conocida como "cadeencia flamenca"; 2/ Combinaciones frecuentes de tonalidades menores con sus relativos mayores y acordes de séptima menor; 3/ Motivos melódicos cortos; 4/ Acentos rítmicos fijos en cada estilo, excluyendo a los considerados "libres" (ad libitum); 5/ Sentir emotivo en su repertorio claramente definido entre lo "triste" (Hondo, trágico,sobrio) y "alegre" (rítmico, festivo, cadencioso) y 6/ Melodía cantada con cuartos de tono, melismas y apoyaturas.

Ese sello propio es reconocido, admirado y valorado como una música genuina española. Sin embargo, la utilización de acordes de séptima y novena mayores y otros disminuídos y disonantes ajenos por completo al contenido musical y sentir emotivo flamenco, no sólo falsea esa propia identidad sino que aleja a su intérprete de la posible pretensión vanguardista.

Crear significa aportar e innovar, pero sin burlar esa características esenciales ni mezclar entre sí diferentes estilos musicales reconocidos por su propia personalidad que rechazan esa fusión.

Es comprensible que cualquier artista flamenco trate de conseguir una personalidad atrayente y obtener éxito, pero después de varias tentativas y un cierto período de tiempo sin lograrlo, la sensatez debería aflorar para reconducir la destreza técnica y las dotes interpretativas a la verdadera esencia de la música flamenca.

El amplio y variado repertorio que existe actualmente generado por artistas reconocidos puede facilitar a cualquier profesional del toque, baile y cante a seleccionar el programa que mejor se acomode a las facultades de ejecución y sentir emotivo de cada uno obteniendo una personalidad destacada en ese díficil mundo expresivo, ya que para alcanzar un reconocimiento o valía en el arte flamenco, es preferible ser un buen intérprete que un regular o insulso creador.

Comprender y tener muy presente que la calidad importa mucho más que la cantidad puede ayudar y mucho a lograr, con paciencia y tesón, ser un buen profesional del arte flamenco.

Andrés Batista

lunes, 1 de junio de 2009

Opinar

Se dice que el libro de los gustos está en blanco y también que todo el mundo tiene derecho de opinar. Sin embargo, sería razonable que todo comentario u opinión que se manifieste sobre un tema contase con un nivel de conocimiento bastante aceptable y éste estuviera impregnado de sensatez y respeto para que merezca consideración e interés.
Por lo común, el nivel de conocimientos en cualquier profesión se constata por el grado de estudios realizados y aprobados. Ello permite obtener un bagaje esencial para desarrollar y prácticar la profesión elegida con una preparación adecuada.
En el arte flamenco al no existir una enseñanza oficial que regule unos grados de estudio con niveles progresivos, los profesionales del toque, baile y cante en su mayoría han aprendido según su propia iniciativa, por el entorno que les rodeaba y las necesidabes de trabajo, pero sin criterios docentes. La carencia de un correcto plan de estudios establecido con pautas pedagógicas ha contribuido a desarrollar un aprendizaje, que si bien ha contado con la ilusión, las aptitudes personales y la dedicación de horas de estudio diario a lo largo de años, no ha facilitado que el esfuerzo y el tiempo dedicado haya podido alcanzar con plenitud todos los conocimientos necesarios. Las prioridades generadas por el gusto personal, así como la influencia en muchos casos por el entorno o las necesidades de trabajo, han originado unas preferencias en el aprendizaje y practica de unos conocimientos en detrimento de otros que ha mermado esa labor completa de asimilar y dominar todas las facetas teóricas, técnicas, estéticas, coreográficas y musicales que componen la profesión artística.
Lo ocurrido con los profesionales flamencos vislumbra de manera casi certera lo que les ha acontecido a la gran mayoría de los aficionados de este arte. Libres de ataduras y sin la responsabilidad de ser profesional, la ausencia de un estudio diario durante años sólo ha producido conocimientos parciales, claras influencias geográficas, de parantesco o amistad que han propiciado y siguen haciéndolo unos comentarios u opiniones poco adecuadas por carecer de los oportunos estudios que proporcionan los correctos conocimientos.
Si bien se ha carecido durante decadas de una enseñanza oficial y actualmente de un correcto plan de estudios, ello no justifica que se ignore el vartiado número de libros y partituras que existen y aportan un caudal de conocimietos sobre este arte, los estilos y sus artistas, proporcionando un repertorio de acompañamiento al cante y al baile y también solista, a dúo, trío, cuarteto y quinteto. Saber seleccionar la paja del trigo dependerá de la sabiduría e interés del propio aficionado.
Algunos aficionados que siempre han acompañado el entorno del arte flamenco han emitido y siguen haciéndolo, opiniones sin contar con ningúna referencia correcta que avale las mismas, más bien parecen exclamaciones partidistas o quejas personales e incrongruentas que no aportan nada positivo para este arte y sus artistas. Lo que señala lamentablemente en algunos casos el bajo nivel cultural de unos y en otros, una cierta malicia en estos llamados aficionados flamencos.
Cualquier artista de toque, baile y cante debe aceptar la crítica siempre y cuando ésta sea generada con sabiduría y respeto. Señalar algunos fallos o carencias que puedan rectificarse, añadirse o mejorar es positivo. Dañar la imagen profesional de un artista conlleva una responsabilidad muy grande por parte del que realiza la crítica por la repercusión artística y personal que puede acarrear.
Esto sólo se entiende, cuando un artista presume a los cuatro vientos de unos valores o cualidades de los que carece totalmente y puede ser conveniente, bajarle los humos diciéndole cuatro verdades.
El arte flamenco es una manifestación artística de una gran valor cultural español y sus profesionales son los intérpretes encargados para divulgar con seriedad y de forma eficaz todo su sentimiento expresivo y musical.
Los buenos aficionados contribuyen a su divulgación y conservación asistiendo y deleitándose con las actuaciones y comprando las grabaciones y publicaciones. Por ello, abtenerse de esas opiniones que carecen de sentido común y sólo pretenden un decir personal inadecuado, puede ayudar y mucho, a que el arte flamenco y sus profesionales sean considerados y tratados cada vez con mayor respeto y valía en todo el mundo.

Andrés Batista