miércoles, 16 de julio de 2008

"Admiración o respeto"

He tenido la suerte y satisfacción de conocer y oír personalmente a los grandes nombres de la guitarra flamenca: Miguel Borrull (hijo); "Niño Ricardo"; Mario Escudero; Pepe Motos; "Sabicas"; Esteban "De Sanlúcar"; Víctor "Serranito"; Manolo "Sanlúcar" y Paco "De Lucía". (A Manolo "De Huelva" le conocí, pero no tuve ocasión de escucharle).
El estilo personal de cada uno, ya fuese virtuoso, airoso, musical, efectista, barroco, profundo, etc, con un sonido y una forma de componer que podías reconocer con tan sólo oír una variación
a quién pertenecía, ha nutrido y seguirá haciéndolo al repertorio del toque flamenco. Sus aportaciones con falsetas para el cante y el baile y las obras solistas han engrandecido el horizonte técnico-musical de nuestro instrumento proporcionando un amplio panorama discográfico y una trayectoria concertística mundial que ha contribuido a un reconocimiento general para todos los tocaores flamencos.
La admiración o el respeto hacía estos nombres debe acompañar a los presentes y futuros guitarristas que deseen alcanzar un lugar preferente en la vanguardia del toque. El camino para conseguir esa meta está por conocer con profundidad la huella que han dejado nuestros predecesores. Un estudio meticuloso mostrará el estilos más afin al nivel técnico y sentir expresivo de cada uno, pero también es importante conocer todos los demás para tener una referencia clara de las posibilidades que están a nuestro alcance para absorverlas y desarrollarlas según sea conveniente.
Ser un creador no es una tarea fácil, muchos factores influyen en ello. Sin embargo, lograr un nombre entre el elenco artístico es posible si se trata de reunir las cualidades que están al alcance de cualquier profesional: "Estudio disciplinado y reflexivo, sonido e interpretación personal (no importa que las variaciones o solos no sean propios) seriedad y respeto en el trato personal y en el trabajo. La colaboración sincera con otros artistas puede abrir caminos insospechados y de fructífera cooperación".
Teniendo presente que en años anteriores el aprendizaje resultaba muy dificultoso por la carencia de profesores capacitados, medios técnicos y económicos (discos, cintas magnetófonos, partituras, vídeos, etc) la proeza de estos Maestros por alcanzar un nivel artístico que les permitiera divulgar y obtener señalados éxitos en sus acompañamientos al cante y al baile e intervenciones solistas y en conciertos, ha ido forjando el camino de esplendor que goza en la actualidad la guitarra flamenca y también la consideración y estima hacía sus intérpretes. Por ello, desee sumarme a esa labor con la meta personal de lograr dos finalidades que aún no habían sido atentidas satisfactoriamente: La primera, proporcionar una planificación adecuada para el aprendizaje profesional del guitarrista profesional y lograr su publicación (inexistente en aquellos momentos) que recogiera de forma progresiva los conocimientos teórico-técnico-musicales del instrumento, con ejercicios y estudios de todas las combinaciones técnicas, falsetas, acordes y ritmos para el acomnpañamiento del cante y el baile, repertorio solista y de conjunto (dúos, tríos, cuartetos y quintetos) con dos libros de texto que explican con claridad y sencillez todos los entresijos de este arte. Y segunda, tratar que nuestra Administración Oficial Educativa incorporase esta asignatura en la enseñanza oficial de todos los Conservatorios para obtener una titularidad que representara los estudios, conocimientos y méritos de la profesión de tocaor flamenco ante toda la Sociedad.
Los escalones o tropiezos en la vida dan experiencia, aprovechar las vivencias de nuestros antecesores puede facilitar ese díficil recorrido artístico que todos los profesionales tenemos que hacer. ¿Cómo lograrlo? Dependera exclusivamente de la propia sabiduría, paciencia, tesón y aspiraciones.
Con mis buenos deseos para aquellos que inicién o estén en esta maravillosa profesión. Un cordial saludo.
Andrés Batista

lunes, 14 de julio de 2008

Recuerdos del pasado que siguen vigentes

Entre el mpúblico que asistía regularmente al espectáculo del cuadro flamenco en el Tablao "Brindis" de Barcelona, se hallaban varios aficionados asiduos que los artistas habían bautizado con los motes siguientes: "El Lumbreras" por sus comentarios poco acertados; "El Quejica" por sus sollozos ante cualquier Fandango que se cantase; "El Canino" porque siempre andaba justo de dinero y solicitaba que le cantasen media Soleá o medio Fandango y un día que el cantaor le ofreció cantar Media Granaína respondió: La cantas entera porque hoy llevo dinero y "El Sentencias". Éste hablaba poco, pero cuando lo hacía, la imparcialidad y razón nutrían sus palabras. Los artistas lo respetaban por estar muy versado en el arte flamenco y también por su gran amistad con las grandes figuras del cante, baile y guitarra que le dispensaban un trato de diferencia.
Una noche en que la actuación del elenco artístico entusiasmó de manera espectacular al público y la inspirac ión o el llamado duende hicierón su aparición, quizás por el ambiente receptivo que reinaba, el comentario que hizo "El Sentencias" al finalizar el espectáculo nos dejó a todos sorprendidos.
-¿Qué lástima que el Arte flamenco sea español?
-¿Por qué dice eso? preguntgó extrañado el cantaor Antonio "de los Puertos" como portavoz de todos nosotros.
_ En primer lugar, porque en cualquier otro país el Gobierno estaría orgulloso de tener esa magnifíca manisfestación artística y apoyaría su divulgación y enseñanza, reconociendo los méritos y la labor de sus profesionales dándoles una titularidad que les permitiese ante la Sociedad obtener el respeto que merecen por su trabajo y en segundo lugar, porque la afición en otros países, ya sea por la música, deporte u otra manifestación cultural es muy activa, es decir, desean aprender para disfrutar más, adquiriendo libros, revistas, discos, partituras y participan siempre que pueden con su asistencia al evento que les interesa para ampliar sus conocimientos y apoyar al músico, deportista, cantante, etc, que es de su preferencia. ¿Qué ocurre en nuestra nación?
Después de unos segundos de silencio sin recibir ninguna respuesta, prosiguió:
Que la mayoría de nuestros aficionados y también de algunos profesionales su interés por aprender y mejorar es casi nulo, es decir muy pasivo. Estos aficionados van de cuando en cuando a algún Tablao o Teatro más compromiso de acompañar a socios o amigos extranjeros que por la propia iniciativa y prefieren gastarse el dinero tomando copas en una cafetería mientras oyen tal o cuál disco, pero luego no lo compran. Se hacen socios de una Peña flamenca para seguir tocando, cantando o bailando siempre el mismo repertorio durante años sin tratar de mejorar. La ausencisa de libros, revistas, partituras y discos es notoria en casa de estos llamados aficionados y no digamos de algunos profesionales, éstos además de la necesidad de ampliar conocimietos para trartar de mejorar tienen la obligación de lograr dicha meta mediante un estudio disciplinado y reflexivo. Copiar una falseta, un cante o un paso de baile ya sea de un disco o en un espectáculo y luego cambiar algo para presumir que es de cosecha propia no es correcto. Hacer las cosas sin saber el por qué, no conduce a mejorar ni tampoco al apropiarse de las ideas de los demás sin darles una proyección de mayor calidad y hondura.
_Quizás tenga razón en que muchos aficionados e inclusive profesionales no sabemos aprovechar el material de libros, revistas, partituras y discos que existen, pero tampoco disponemos de escuelas o centros donde enseñen esta profesión. La mayoría hemos aprendido por el ambiente familiar y otros, por la práctica y experiencia que dan los años al actuar observándonos mutuamente y eso puede ser que no merezca el mérito que le correspondería a nuestra profesión ante la Sociedad, respondió el cantaor.
_ Ahí es donde debería intervenir el Estado si realmente valorase este arte. Seleccionando a los profesionaleds capacitados para impartir esa docencia ya sea de cante, baile o guitarra y disponer su correcta enseñanza en Centros o Conservatorios para lograr su divulgación y el adecuado reconocimiento ante la Sociedad además de seguir creando una buena cantera de profesionales. Este desperdicio o falta de apreciación no ocurfría jamás en otros paíse como Francia, Alemania e Inglaterra por citar a algunos. Desafortunadamente la Administración Educativa Española no está a la altura de sus reponsabilidades y tampoco sabe cuidar y proteger sus tesoros culturales, lo que perjudica al país y a esta profesión. Lo siento, pero la realidad es tan clara como el agua.
"El Sentencias" creó un mutismo general casi desolador, dejándonos atónitos sin saber qué responder por la contundencia y veracidad de sus palabras. Sin embargo, lo más sorprendente para mí después de transcurrir cincuenta años, ha sido comprobar que pese a que se han incrementado en ese tiempo las actuaciones en Teatros, Festivales, grabaciones de discos,etc, y que algunos profesionales hemos impartido cursos en Centros Culturales y Conservatorios desarrollando una labor didáctica con obras publicadas de acompañamiento al cante y al baile, repertorio solista y de conjunto con libros de texto que explican los entresijos de este arte y demuestran de forma categórica que esta profesión tiene unos estudios técnico-musicales como otra cualquier carrera instrumentista y musical, la Administración Educativa parece que no concede ningún crédito a esa labor y por eso sin establecer un tiempo prudencial de adaptación como ocurre en cualquier decreto o ley que incorpore una nueva asignatura oficial, exige por orden ministerial una titulación superior al guitarrista flamenco para que pueda acceder a la plaza de Profesor o en su caso después de aprobar un examen selectivo obligarle a estudiar cuatro cursos en un Conservatorio Superior. Esta normativa desprecia sin ninguna razón la formación, capacidad y experiencia didáctica que muchos de ellos poseen y permite sin turbación alguna que guitarristas clásicos por sólo terminar sus estudios puedan impartir esta docencia sin tener la preparación adecuada. Hecho, insólito e incomprensible que cuestiona el buen criterio del Comité de Expertos del Ministerio de Educación por establecer dichas normativas y pretender lograr una buena enseñanza. Las palabras de "El Sentencias" lamentablemente después de tantos años todavía siguen vigentes: " La posición pasiva de muchos aficionados y algunos profesionales por una parte y por otra, que nuestra propia Administración no considera esta manifestasción artística y musical de gran validez para brindarle su apoyo y tratar que este arte, así como sus profesionales puedan obtener el respeto, reconocimiento y la difusión que merecen.

Andrés Batista